miércoles, 4 de agosto de 2010

Lo que no siento por ella

Enamorarse es tan sencillo como ver el cielo y suspirar. Es la ilusión más significativa en la adolescencia. Nos hace soñar y perdernos en pensamientos que esperamos se hagan realidad.

Enamorarse genera resultados insospechados, a veces causa una felicidad tierna y otras una tristeza innecesaria. Yo hace mucho lo estuve, y ahora no sé si quiero estarlo.

Hay una chica con la cual estoy saliendo. Ella me quiere y yo a ella (ojo: quererse no necesariamente quiere decir que estemos enamorados). Somos muy felices estando juntos. Me hace reír y disfruto en silencio sus muestras de cariño.

Ella me complace de manera sorprendente, y hasta me atrevo a pensar que su cariño me es inmerecido. Su afecto es absoluto, o al menos yo lo creo así. Me escribe a menudo y sabe ganarse mi amor con detalles románticos. Yo la quiero, ella lo sabe, o al menos lo presiente. Ella me quiere, me lo demuestra a diario.

Hablamos todos los días, siempre tengo algo que contarle. Ella me oye enmudecida y yo le narro fragmentos de mi pasado, intrascendentes quizá, pero ella los disfruta con un goce enrarecido.

Cuando la conocí no pensé que llegaría a sentir lo que ahora siento por ella, ni siquiera imaginé extrañarla como ahora lo hago. Con los días fue robándome los pensamientos a base de afecto y dulzura. Me llevó a su casa y me presentó a sus padres, quienes me comparan, lo sospecho, con un ex enamorado que ella tuvo.

Creo que aquel último enamorado le marcó la vida. Ella lo amó demasiado, me lo confesó una noche cuando hablábamos por teléfono; sin embargo, por esas cosas raras de la vida su relación se estropeó. Según lo que ella me contó, fue que un tiempo el tipo le propuso terminar su relación, pero quería seguir besándola, abrazándola y hacer cosas de enamorados. A ella no le gustó esa propuesta porque pensó que el amor de él no era sincero; y, claro ¡qué va a ser sincero un amor que semejante proposición!

Si una persona es tu enamorado y luego te pide que dejen de serlo, pero te dice que se sigan frecuentando, y en esos encuentros te trata como si lo fuesen, el amor que te dice tener es incoherente. Para una persona enamorada no hay nada mejor que estar con el ser amado; por lo tanto, ese tipo sólo abuzaba del amor que ella sentía.

En otras palabras: era un pendejo que quería aprovecharse de ella; para luego, en un momento dado, largarse con alguna mujer que encuentre.

Yo la quiero, es verdad, ella me quiere, también lo es, incluso ya nos hemos besado producto a nuestros encuentros constantes y al gran cariño que nos tenemos. El asunto es ¿ella estará enamorada de mí? ¿Yo estaré enamorado de ella? Ambas preguntas me causan intriga.

Ella no me ha dicho que está enamorada de mí, aunque si interpreto sus actos y su forma de tratarme pareciera que sí. Yo, por el contrario, no puedo decir lo mismo. Yo no me siento enamorado, o al menos esa es mi duda. Es verdad que la pienso, la extraño, la quiero y siento muchas cosas por ella, pero no siento que estos sentimientos que ella genera en mí sean necesarios para dar el siguiente paso y pedirle que sea mi chica.

Ella quiere que lo intentemos, me lo ha repetido las últimas veces que nos hemos visto. Yo me he rehusado y le he explicado mis motivos. Le he dicho que no quiero sentirme atado a nadie ni mucho menos comprometerme. Sé que hago mal, y sé también que me estoy comportando como aquel patán que fue su último enamorado, pero tengo mis motivos.

No hace más de 7 meses he terminado una relación de años con la persona quien yo creía, hasta ese entonces, era el amor de mi vida. Duramos muchos años años. Ella fue mi primer amor, ese que se recuerda toda la vida. Fuimos muy felices juntos, pero como todo, nuestro final tenía que llegar; sin embargo nunca entendí los motivos por el cual nos separamos. El problema no es haberla perdido, sino no saber olvidarla. Su recuerdo aún me lastima. No podría estar con otra persona porque aún la pienso. No he cerrado esa etapa en mi vida.

Ese es el motivo por el cual no puedo formar un relación. El recuerdo de otra persona aún merodea mis pasos. Se inmiscuye en mis pensamientos y yo cedo inofensivo....

1 comentarios:

Anónimo dijo...

:O hombres cobardes ! te dije q si t ases amio d yasabesqien!!! se llevarian recontra bien jajajajaja :D
en fin, avcs por ese miedo a enamorarse y dar todo las personas se pierden de lo mejor :D, vamos! q la tristeza y todo eso malo esta incluido i sin devolucion cuando uno kiere enamorarse de verdad :D
Eduardinho! me dbes una ehh xD
jajaja bsos!
i visita mi blog :(

Publicar un comentario