domingo, 23 de mayo de 2010

Ella, yo y él

No es un amor de tres pero es como si lo fuese. Es más, es un amor que no es amor pero se vive como si lo fuese.

Ninguno de los tres sabe lo que siente el otro, o quizá sí, no lo sé.
Ella vive lejos, yo cerca, y él distante.

Ella nos conoce a mí y a él. Yo solo conozco a ella y no a él (aunque tampoco tengo interés por conocerlo). Él conoce a ella y ni se imagina quién soy yo. Cada uno vive en un mundo paralelo pero desigual.

Ella se considera histérica, aunque nunca la he visto comportarse así. Por el contrario, creo que es una chica soñadora y súper tierna. Una chica que siempre está en su burbuja multicolor viviendo en un mundo de fantasía, y que a veces sale para entrar en la realidad, pues sabe diferenciar lo irreal de lo humano.

Últimamente dice estar estresada, sin embargo su sonrisa expresa todo lo contrario, es como una muestra de calidez a todos los que la rodean, incluso a mí, que me llena de paz verla sonreír.

Tiene una mirada encantadora, incomparable, ¿será por eso que me gusta mirarla? Su cabello castaño es buen complemento de su bello rostro. Cuando la veo caminar, es como si viese a una niña. Una niña a quien se le tiene que engreír y dar mucho amor; sin duda, yo se lo daría.

Yo soy un tipo aburrido, y divertido de vez en cuando. Soy monótono aunque detesto lo habitual. Me gusta soñar, pero detesto cuando me despierto antes de besarla, pues últimamente ella ha estado en todos mis sueños. Una vez le dibujé el rostro en silencio y terminé por obsequiárselo en muestra de mi afecto. Le escribí algunos poemas pero solo le regalé dos. Su nombre ya apareció en mi blog con anterioridad. Sospecho que ella sabe que me gusta, debido a que suelo asecharla con miradas constantes que ella corresponde (o al menos eso creo yo). He llegado a pensar que si las miradas fuesen indicios de amor, ella y yo estaríamos muy enamorados.

De él no sé mucho, casi nada. Lo poco que sé fue porque un día ella me confesó que le gustaba él. El mismo día que me di cuenta que no tengo oportunidad alguna en el corazón de ella. Además en ese entonces yo tenía enamorada, y sabía que era mejor así, que ella se ilusione con algún chico, total, mi corazón estaba atado a otra mujer.

Ella le contó a todo el mundo de él. Yo casi no existía. Me dediqué a escribir y a mirar de vez en cuando su facebook. Cada vez que lo hacía, me preguntaba: ¿ella mirará mi facebook? ¿Leerá lo que escribo? ¿De seguro existe poca probabilidad de que pierda su tiempo visitando mi facebook, de seguro prefiere visitar el de él?

Ya ha pasado casi medio año desde que me habló de él. Ahora de repente ya no lo piensa, de repente ya ni le interesa, o de repente sí, o en el peor de los casos, mantiene aun la ilusión de volverlo a ver.

A veces pienso que yo también le gusto, que ella también me piensa, y calla lo que siente simplemente por temor a una respuesta inesperada que lastime su frágil corazón de porcelana. A veces cuando me mira con esa mirada cómplice y luego me sonríe, siento la corazonada de ser correspondido y sueño despierto que la cojo de la mano y le acaricio el rostro, para por fin confesarle lo que su presencia genera en mí.

Darle un beso es como soñar en un sueño, por eso no lo pienso, solo lo sueño.

Son pocas las veces que nos hemos sentado a hablar. Yo suelo intimidarme y comportarme de una manera estrepitosa, terriblemente mal. Soy tan tonto que echo a perder momentos apropiados para que ella y yo tengamos un acercamiento, como hoy por ejemplo, que la tuve tan cerca y me comporté tan indiferente, solo tuve la astucia de rescatar un detalle inmensamente valioso para mí: respirar de su aroma. La tuve tan cerca que su fragancia me envolvió lentamente y tuve que ceder ante él por un capricho particular: tener un recuerdo suyo.
Los días pasan y sé que pronto me volveré a alejar de ella. Lo que no sé es hasta cuándo voy a soportar estar callado y mantener en secreto este cariño que no es tan secreto.

"Cuenta conmigo, por si tuvieras que encontrar algún motivo, si necesitas algo más que conformarte, o si se te ocurre por ejemplo enamorarte, aquí me tienes, siempre dispuesto…", es la letra de una canción que refleja palabras que mi alma es incapaz de decir.

Por ahora tengo etapas que debo culminar antes de proseguir con esta ilusión que crece día a día. Aun los sueños se contrastan con recuerdos que no olvido y que para este tiempo ya debería haber olvidado. Ese fragmento que no logro apartar de mi vida tiene sabor a distancia y nombre de mujer.

Un amigo me dijo hace unos días: no comiences nuevas etapas en tu vida sin haber culminado las anteriores. Y es lo que tengo que hacer…