lunes, 16 de agosto de 2010

Poema XI

El desdén incrédulo de quien me desconoce,
genera en mí una mirada desafiante.

Las ganas inconscientes despiertan avasalladores comentarios
que alegan adjetivos imprudentes,
ofuscando el alma de los ávidos oídos
y del corazón trémulo y distante.

Severa confusión que se pagará con deseos humanos y atributos indeseables.
Roces verbales, sumisos a la indiferencia atónita de quien permanece ausente en presencia.

Error por error contribuyen a la equívoca decisión por ocultar sinceridad.
Y, a la vez, emancipa temores prisioneros y adjunta caos y desolación en las almas
como si fuese una mentira envuelta en verdad que nadie quiere creer
por una insignificante confianza fallida.

De libre pensamiento surge ingeniosos abstractos conformistas y la melancólica creatividad del poeta que no será sino más que un hacendoso escritor ensombrecido en sus febriles líneas impertinentes.
Y aunque el pasado no se repita, aún lastima como si fuese un presente constante.

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