martes, 10 de noviembre de 2009

06/11/09

El amor no sabe de excusas, solo actúa y se entrega. No conoce de límites ni peros, solo ama y se deja amar, es como un oasis, siempre da esperanza.
Que ironía… el amor, el amor, el amor; incomprensible y sencillo a la vez, teje sueños y termina siempre a destiempo.
Ya casi es de día. Pronto el sol cubrirá con su amarillento manto el ancho mundo y abrirá paso a los habitantes de esta tierra fría. De seguro aquellos durmientes volverán a la vida después de un prolongado sueño nocturno; mientras yo, yo recaeré en mi pálida cama para pagar las consecuencias de mi desvelador hambre literario.

Son días extremados los que no consigo dormir, debido a que ando pensando en el abrumador hecho que me hace padecer de mi habitual sueño: el amor.
Anoche mostré una historia sencilla que escribí días antes y que tiene gran valor para mí. Esperé ser feliz y hacer feliz a la persona a quien se lo dedicada; sin embargo, nada resultó, lo que fue una inmensa alegría al principio, fue contrastando con temas inadecuados y hechos futurezcos. Y es que, cada vez que se intenta predecir el futuro, se arruina el presente, y así sucedió conmigo, me dijeron que pronto el tiempo para mí no existiría, que mis visitas con ella serían tan efímeras como el nombramiento de un rayo, pues este desaparece antes de ser nombrado. Para mi mala suerte, la encargada de decírmelo fue ella misma, mi enamorada.
Ahora, justo hoy, ella piensa que es culpable de mi soledad y mis tristezas.
Piensa que cada palabra suya es solamente para hacerme sufrir y causarme malos ratos. Piensa que no tener tiempo para verme es el final profesado por nuestra ausencia. Piensa que nuestras vidas ya no deberían estar juntas (aunque no me lo ha dicho, pero yo sé que lo piensa).
Piensa que yo sería feliz con otra chica, una quien sepa darme todo ese amor que ella teme darme.
Piensa que yo sería más feliz si ella nunca hubiese llegado a mi vida, y sí, quizá hubiese sido más feliz, o quizá no, quién sabe. Uno nunca sabe cómo pudo haber sido su vida si hubiese tomado el otro camino; además, si en mi presente no existiera ella, tampoco existirían aquellas historias de amor que suelo escribir sin éxito narrativo.
Ella piensa que es culpable de mi soledad, lo que no imagina es que mi soledad no siempre es mala, mi soledad no es atemorizante ni atormentante, sino que a veces es bienhechora y confortante, mi soledad sabe aconsejarme y llenarme de instantes gloriosos, en las cuales sueño fabulosas aventuras mundanas que pretendo escribir en un momento dado. Y es que, la soledad me sirve para apaciguar el sofocante y avasallador desierto que llevo dentro, sobre todo, me ayuda a autoevaluarme con severidad; y ha leer y ha dibujar y ha escribir y seguir escribiendo y ser feliz con cada línea que escribo y gozando del excitante placer que es pasmar mis pensamientos en una hoja de papel.

Ella piensa que viéndonos a diario, o por lo menos varios días a la semana, bastará para amarnos y ser felices, pero equivocada creo que está, pues las relaciones no se alimentan de visitas, sino de amor, sencillamente de amor, y a eso hay que temerle más, a no demostrar amor.
Ella piensa que no me demuestra su amor, piensa que yo soy detallista, pero que ella no puede serlo porque tiene miedo a hacer las cosas. Por lo pronto le he dicho que: “uno puede que sea detallista pero eso no demuestra amor, uno puede no ser detallista y puede amar con el alma entera; además las personas detallistas hacen sus detalles porque les nace hacerlas, no porque se sienten obligadas, y tú te sientes obligada porque yo las hago”, a decir verdad, no me gustaría que ella me demuestre su amor, pues si no le nace, de nada sirve, que guarde sus detalles para otra persona. Sospechó que quizá yo soy el preferido de sus ojos y su cuerpo, mas no de su corazón. Pero solo es una sospecha, ella solo sabe la verdad, solo ella.
Ella cree que hablar por teléfono conmigo solo perjudica nuestra relación, pues nos malentendemos y a menudo terminamos peleando; sin embargo, ella es la que siempre me llama.
Ella mira el cielo recordando nuestra promesa de amor, y sabe que algún día esa promesa será cumplida, quizá no conmigo, quizá con alguien mejor, en realidad no importa con quién, lo único que importa es que ella sea feliz, si ella lo está, yo también lo estaré.
Ella cree que mis sueños y sus sueños no entrelazan por ningún motivo, y aunque tenga razón y me duela aceptarlo, admito que eso no importa, pues muy en el alma ambos deseamos lo mismo.
Ella piensa que haber hecho el amor conmigo fue adelantarnos al futuro, lo que no sabe es que yo no creo en el futuro, creo más bien en la seducción de la carne y los deseos de la piel, creo en disfrutar cada instante a su lado para convertirlos en recuerdos imborrables y disfrutarlos luego, en algún día de soledad.
Ella suele preocuparse excedidamente por nuestra relación cuando presiente el final, pero no se da cuenta que hay que preocuparse más por mantener vivo nuestro amor día tras día.
Ella suele reclamarme afecto, pero no se da cuenta que mi afecto está en cada detalle, en cada mirada cómplice que nos damos antes de amagar la luz, en cada beso tentador que le regalo a oscuras, y si no ha de bastar aquellos humildes obsequios de mi ser, pues diré que el mayor afecto que tengo, es por ella, y si no me cree, es porque mi afecto es tan grande que no lo puedo demostrar.
Ella piensa que yo tengo experiencia en el amor, pero nadie tiene experiencia amando, ni el Dios mismo que es mil veces más omnipotente que cualquier ser humano. Es más, hace un tiempo escribí como semblanza de mi blog “Qué es el amor sino la complejidad de lo inexplicable”, quién me viera ahora, siendo, yo mismo, personificación de mi propia introducción. Pues no sé qué es el amor, no porque no lo sienta, sino porque es tan difícil comprenderlo; aún así, ella dice que yo tengo más experiencia en el amor…

Ella piensa que porque yo no soy celoso soy un mal enamorado, pero ¿De qué diablos sirve celar a quien te ama? ¿Acaso el amor no se basa en la confianza? Entonces, ¿De qué carajo sirve mostrar desconfianza?
Ella sabe que escribo porque es lo único que sé hacer, y a pesar del desdén que existe en nuestro entorno hacia las letras, sabe que mi vida dependerá de eso, de escribir. Lo que no se imagina siquiera es la satisfacción que encuentro escribiendo. (Escribir lo que siento, claro, como si fuera gran cosa. Todo el mundo escribe, lo único que me diferencia son mis sentimientos resentidos de una vida que no elegí pero desenvuelvo embalsamada de sueños y carencias paulatinas. Sé que no es una destreza ni mucho menos un talento escribir mis pensamientos torcidos y algo dementes, pero si de algo estoy seguro, es que me ayuda a limpiar la imperfección de mi alma y me repone de un enmarañado océano turbio, haciéndame galopar al final, por remotos lugares imaginarios de auténtica tranquilidad).
Ella piensa que tenemos secretos de amor, pero no sabe que todos los secretos que tenemos se los he confesado a mis escritos.
Ella piensa que es bonita porque yo se lo digo, y piensa (aunque no estoy seguro) que estoy con ella por su apariencia física, y equivocada quizá esté, pues la belleza no es amor, y si así ha de ser, pocos serían quienes amen.
Ella cree que debo ser más cariñoso cuando estamos con nuestras amistades, yo creo que el mejor cariño que le puedo mostrar es cuando estamos solos.
Ella a veces me hace daño inconcientemente y no sabe que sufro a escondidas, tampoco sabe que callo porque prefiero guardarme el dolor, pues si se lo digo, ambos sufriremos.
Ella disfruta mi presencia y se pierde con mis besos, sabe lo que es amar y sertirse amada, a veces sabe mucho, y a veces sabe nada.
Ella quiere que la llame por teléfono ésta noche, y, sin embargo, hace unos días me dijo que no tiene tiempo para nada. Yo pienso que en vez de hablar con ella un minuto por teléfono, podría invertir ese minuto en ir a buscarla y darle un beso.
Ella teme serme sincera porque piensa que me hará daño, pero no se da cuenta que más daño me hace ocultándome las cosas.
Ella piensa que estoy enamorado de ella, pero no imagina que cuando escribo, me enamoro más de mí.
Ella se hace problemas con asuntos inútiles, si organizara mejor su tiempo se daría cuenta que siempre hay tiempo para todo.
Ella no es culpable de mi rencor, pero podría serlo si sigue con sus ideas absurdas.
Ella se justifica siempre con su inmadurez, pero aún siendo inmaduro uno se da cuenta de las cosas que hace y dice. La inmadurez es muestra de inexperiencia no de discernimiento.
Ella me obliga a cenar juntos y perder el tiempo comiendo dulces, yo pienso que la mejor cena es tenerla una noche en mi cama, haciéndome el amor.
Ella ama su cabello, y yo la amo a ella.
Ella ama a su familia, y ama a sus amigos.
Ella dice amarme, y a veces yo no le creo.
Ella se enfadará al leer esto, pero es lo que pienso.
Ella es complicada y a veces creo que no me quiere ver.
Ella anhela tomarse una foto conmigo para inmortalizar un momento de compañía, pero no sabe que a mí no me gusta tomármelas.
Ella siempre está sonriente, sabe que me encanta verla feliz aunque muchas veces no sea a mi lado.
Ella se atemoriza al oír la voz de su mamá diciendo que me tengo que ir, yo sonrío internamente y pienso que ella es todo en mi vida.
Ella desea (lo presiento) volver hacer el amor conmigo, lo que no sabe tal vez, es que yo también lo deseo.
Ella nunca olvidará las veces de locura que vivimos en determinados lugares peligrosos.
Ella algún día recordará mi nombre y sabrá que en algún momento de su vida hubo un hombre que pensaba en ella día y noche, hora tras hora, sueño tras sueño, y que la amó a pesar de todo y trató de hacerla feliz aunque muchas veces no lo lograba.
Ella, ella, ella. ¿Y quién es ella? Pues ella misma lo sabe…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

(= ke boni, (: oie donde andas eh? . abia dejado un comentario pero noc si alcanzè a publicarlo. spero que este bien. saludos.

Anónimo dijo...

dios ese komntario era para lo ke abias publicado recien ,de la historia que me mostraste por word. valla que soy torpe U_U dios!! en fin... spero ke stes bien y arriba los animoos (: . bye

Shin dijo...

Ella es el motor de el. A el le han quitado el motor. Desesperado, el busca ese motor denuevo. El esta apegado a funcionar de la misma manera, aunque automaticamente, el apego termine lastimando su organismo. El dice no tener vicios marcados, pero su dependencia hacia ella esta mas marcada que cualquier otro vicio.

El conoce a alguien que lo mira de lejos, a quie parece no soportar y siempre lo observa fumando en silencio. Ese alguien nunca dice nada, pero sabe mas de lo que El cree. Ese Alguien cree que Ella es una ridicula y que El es un absurdo por caer en un juego ridiculo tras una idea tan efimera como la que ese alguien respiro durante tantos años.

El considera que ese Alguien es un idiota, y ese alguien considera que El es un reverendo huevon, entre otras cosas. A ese Alguien le intriga saber como es que El sigue siendo tan complejo, pero hace mucho que, resignado, dejo de mirarlo con cariño y laciva. Asi que ese Alguien, al que le sobra tiempo y le queda muy poco que perder decide recordarle a El, que aunque se a quedado sin motor, le quedan piernas para caminar, que aunque no tiene una via por la cual dirigirse, siempre existen los caminos alternos y que ese Alguien sigue en silencio, mirando desde lejos, el lugar que le pertence.

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