lunes, 2 de mayo de 2011

Mi amor por ella

Como muchas personas, le temo al amor. Y no es un miedo cualquiera, sino uno que alborota mi quietud en los días de su ausencia. Trato de no pensar en momentos tristes, pero a veces decaigo indefenso y no entiendo por qué lo hago.

Estoy enamorado pero a veces esos pensamientos me llevan a lugares desconocidos. Y algunas veces me lleno de soledad teniendo el amor de una chica que a veces me parece inmerecido. Yo pensaba que el amor se limitaba a ser feliz y ya, pero comprendo que el amor también te llena de instantes de fantasía y te enrumba hacia una locura inimaginable.

Mi tristeza de esta noche no es una tristeza cualquiera, es una generada por el miedo a perder. Yo he ganado mucho con este amor que ahora tengo, pero ganar no siempre depende de uno. Esta vez depende de dos. De ella y de mí. De su amor y de mi amor. Ella no se imagina pero, su felicidad es mi felicidad. Su sonrisa es mi sonrisa. Su corazón es mi corazón. Y si ella se entrega, yo me entrego. Porque no hay nada mejor que estar a su lado compartiendo este amor que ahora nos pertenece. Yo no quisiera sacarla de mi mente porque ahí donde está es donde quiero que esté. Llenándome de alegría y cambiándome la vida. Intentando descubrir que el amor es mucho más que un sentimiento. Es ella. Ella quien tiene la capacidad de enamorarme con tan solo una mirada. Con alguna caricia sutil en las noches que permanecemos juntos.

Si me preguntaran qué es el amor para mí, diría que mi amor se resume en una sola palabra: Alejandra. Es ella quien me demuestra su significado. Ella la causante de sentir lo que ahora siento. Por más minúsculo que sean mis formas de expresarle mi amor, es inmenso. Sin embargo, ella intenta ser paciente y me demuestra que está siempre dispuesta a otorgarme lo mejor de sí para que yo sea feliz.

A su lado siento que mi amor es livianito. Indefenso. Tiritarte ante su presencia infinita. Suelo callar cuando en realidad quiero gritar que estoy enamorado. A veces me limito a darle un beso cuando en realidad quiero expresarle mucho más que eso. Mi miedo me lo impide, y es un miedo que nunca conocí. Jamás tuve miedo a expresar mis sentimientos como ahora. Siento que no existen palabras para decirle lo que ella me hace sentir. Me gustaría demostrarle mucho más, pero cuanto más me esfuerzo, menos lo logro.

Estoy incapacitado. Su amor me deja indefenso. No tengo reacción y divago en silencio perdido en su mirada encantadora que tanto me gusta, y lo único que hago es abrazarla para intentar aliviar mi timidez. Aquella timidez que me impide muchas cosas, entre ellas a quererla como ella lo espera.

Los interminables besos que solemos darnos son como de fruta fresca, como un trocito del mejor dulce que pueda existir. Suaves y duraderos. Envolventes en todos sus sentidos. Y yo me dejo consumir por sus labios, y entregado a su cuerpo le brindo lo mejor de mí. Yo no sé si ella sepa, pero no puedo resistir la tentación inmensa que ella provoca en mí cuando permanece a mi lado. No quisiera separarme de ella, pero cuando cae la noche, sé que el tiempo limita nuestros encuentros y tenemos que separarnos. Yo pasaría la noche entera a su lado, abrigándola con el poco calor que me queda. Viéndola reposar sobre su cama, durmiendo dulcemente mientras yo la observo seducido por su encanto. Si pudiera decirle algo ahora, le diría que ha hecho de mí una persona sumamente feliz. Con su entrega y su pasión, con su ternura y su amor, sus detalles y su encanto. Absolutamente todo es ideal para quererla cada día más. Yo no sé cuánto es el amor que siento, pero si he de afirmarle algo, es que estoy completamente enamorado de ella.

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