miércoles, 9 de marzo de 2011

Para Ale

Nunca pensé que seríamos enamorados. Cuando la conocí, a ella le gustaba un chico de su universidad y yo apenas era un desconocido que intentaba conocerla. Jamás pensé que viviría lo que ahora vivo a su lado.

Poco a poco fuimos conociéndonos a través del chat. Sinceramente yo tenía la ligera esperanza de poder ser su amigo, por suerte mi intuición me traicionó y rápidamente fuimos estableciendo una buena relación.

Ella me contaba a diario del chico que le gustaba, me hablaba mucho de él. Yo me permití llamar al chico con el pseudónimo de "el mudito" porque siempre hablaban por teléfono pero nunca en persona. Yo sabía que ese chico ocupaba sus pensamientos y un espacio de su corazón,pero nunca supe, y quizá ella tampoco, de las vueltas que daba la vida ni de los encuentros que nos deparaba el destino.

Un día decidimos vernos y conocernos en persona. Ella me atrajo desde el principio (desde la primera vez que vi sus fotos a través de Facebook).

Aquella tarde en que nos conocimos me di cuenta que era más guapa de lo que me imaginaba. Las fotos mentían y ocultaban lo que en verdad ella era en persona. Extrañamente, después de esa primera salida, ella dejó de hablarme del chico que le gustaba y todo se centraba entorno a nosotros.

Días después tuve que irme de viaje y ausentarme por casi 2 meses. No por eso perdimos comunicación.

Cuando volví de viaje, en febrero de este año, decidimos vernos por segunda vez.

La noche se nos hizo corta pero me bastó verla por segunda vez para saber que ella tenía la facultad de hacerme olvidar del mundo entero. Su sola presencia me inquietaba y despertaba sentimientos ocultos en mí.

Luego nuestros encuentros se volvieron más frecuentes. Mis sentimientos se nutrían de aquellas visitas inolvidables. Estar a su lado me dejaba siempre una sensación de felicidad y tranquilidad inexplicable. No encuentro palabras para describir lo que siento cuando estoy con ella.

Con el pasar de los días, sabía que era necesario decirle lo que sentía, pero no encontraba el momento ideal. Luego descubrí que los momentos ideales no existen, sino que uno los genera. Y así fue, una tarde mientras ambos estábamos en un trance sometidos por el silencio, decidí coger sus manos, sentarme junto a ella y abrirle el corazón para por fin confesarle mis sentimientos. Le propuse que fuera mi enamorada. Ella no me creía. Quizá consternada por la propuesta. Quizá una oferta que a ella no le convenía. Vi en sus ojos un resplandor titubeante de esperanza y de aceptación. Ella prefirió callar y romper el silencio con un beso. Me sentí indefenso. Vulnerable al calor tibio de sus labios. No podía creerlo. Alejandra, la chica que meses antes había conocido mediante una red social, ahora me besaba. Ahora sabía lo que yo sentía por ella y ya no por indirectas ni cancioncitas que yo le dedicaba. Todo me fue inesperado. Aquel día no pensé demostrarle mi amor, pero sabía que no podía seguir callando. No podía dejar pasar un día sin pedirle que fuese mi chica. Yo moría por ser su enamorado y por atreverme a decírselo.

Ese día nos besamos mil veces. Los abrazos y las caricias complementaron una tarde especial. Una tarde junto a ella, junto Alejandra, la chica que me había robado los pensamientos y el corazón, y por mi bien, era mejor que ella lo conserve.

Ahora somos enamorados y soy muy feliz con ella.

Sé que nunca se lo digo, pero es fácil llegarla a querer.

Y el cariño que siento por ella enardece más cuando nos damos esos infinitos besos nocturnos mientras la noche nos oculta del mundo entero. Donde intentamos huir a un espacio inhabitable, peligroso, apasionado. Es tanto el sentimiento que ella genera en mí que a veces temo que sea verdad. No me gustaría separarme de ella. No podría.

Cada noche cuando nos despedimos, siento que una parte de mí se queda con ella. Ya nada es igual desde que nos conocemos. Un día sin verla es un día incompleto o un día que no terminará de ser perfecto.

Hoy es su cumpleaños, y no encontré mejor forma que saludarla por este medio. Feliz cumpleaños, Alejandrita de mi corazón!

0 comentarios:

Publicar un comentario