martes, 1 de marzo de 2011

¿Existe el amor de nuestras vidas?

Educarnos en el juego del amor es difícil, es un camino arriesgado, un trayecto que bordea el abismo de la infelicidad y del sufrimiento, pero como todo, debemos arriesgarnos a esa aventura si queremos ser felices. Nunca nadie dice que enamorarse es fácil. Cuesta. Pero como todo sacrificio, vale la pena.

Determinar un concepto para el amor, es difícil. Yo no me atrevería a darlo. Es complicado describir la sensación que provoca este sentimiento en nosotros.
Hace unos días leí un escrito que un amigo hizo acerca del amor, la verdad es que aquel escrito me dejó muchas variables cuestionables. Muchas preguntas sin responder y una sensación de intranquilidad.

Es cierto que el amor te cambia la vida y modifica tu visión acerca del mundo, pero es verdad también que no hay forma de generalizar lo que ese sentimiento provoca en cada uno de nosotros. No todos sentimos igual. Uno puede llegar a enamorarse y sentir un cariño muy especial por alguien, puede aferrarse al amor y creer a ciegas en esa persona, pero no por eso su amor es mejor al de los demás. Yo estoy enamorado, y sé que hay miles de personas que lo están, pero eso no significa que mi amor sea igual al de ellos.

La sensación que siento cuando estoy al lado de mi enamorada no es la misma que otras personas puedan sentir cuando están con sus enamoradas. A mí me puede hacer feliz una sonrisa, una caricia, una muestra de afecto inesperado, un instante de ternura, en cambio a otras personas les puede hacer feliz un beso, un momento de placer, un sigiloso encuentro apasionado. El amor es distinto para todos.
El amor que siento por la chica de quien estoy enamorado es inigualable. Nadie puede comparar lo que yo siento.

Tengo la ligera sospecha de que el amor es uno solo, pero infinita en cuanto a la sensación que genera en cada uno de nosotros. Algunos se enamoran con el corazón, otros por el deseo, unos por impulso, y muchos otros por compatibilidad y atracción física. Yo soy un fiel creyente que para amar de verdad tiene que existir la unión de todos estos componentes. No es que el amor sea una especie de fusión alquimista, sino que es ideal sentir una mezcla de reacciones en diferentes momentos. Existen los momentos tiernos, románticos, los momentos apasionados y los instantes de placer. Todos éstos son periodos que el amor nos hace experimentar. Todos están vinculados a un solo sentimiento. Un espacio donde amor se vuelve multifuncional.

Es difícil comprender los sentimientos, yo no intento hacerlo porque siempre serán eso: un sentimiento. Por lo tanto hay que vivirlo como tal, como una reacción interna difícil de deducir. No creo que haya persona alguna que se atreva a dar un concepto general del amor. Será como hallar un resultado inverosímil. Inexistente.
Hace algunos años, cuando aún intentaba hacer cartas de amor y poemas en secreto para algún amor infantil, llegué a creer que el amor de mi vida no existe.
Uno nunca llega a saber quién será el amor de su vida. Es mentira decir que existe una persona destinada para nosotros. Yo no creo en eso. Creo, más bien, en la lucha incesante por conservar el cariño de una persona, en el esfuerzo mutuo por preservar el amor.

Entonces, el amor de nuestras vidas no necesariamente es aquella persona que el destino elige para nosotros, sino que, es la persona que nosotros elegimos para que nos acompañe en el transcurso de nuestras vidas.
Solo cuando llegue el momento de partir, de dejar este mundo, y tengas al lado a la persona que elegiste, sabrás si ésa fue la persona destinada para ti, sabrás si en verdad, es el amor de tu vida. Y te darás cuenta que el destino no te impone un amor, sino que tú lo eliges. Tú decides quién entra en tu corazón y quién será dueño de tus sentimientos. Si la persona te acompaña, o no, en el transcurso de tu vida, eso depende de ambos. Es una lucha diaria, un combate incesante, una guerra sucia, un conflicto con la inseguridad, con los celos, con el miedo a perder, con la tristeza, con los días de soledad. Si en algún momento decides rendirte y darles tregua a estos desleales consejeros, entonces llegará el día en que pierdas a esa persona que tanto amaste.

De momento, aún sé poco acerca del amor, creo que nunca llegaré a entenderlo. Pero puedo dar fe que es una experiencia inigualable, nada se compara con la sensación de estar enamorado.

Yo no soy un creyente de Dios, pero si existe uno, le agradezco por haber tenido la suficiente sabiduría de otorgarnos el placer de amar y ser amado.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

q bonito tu post fei jajaja xd
saludos

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