lunes, 17 de enero de 2011

El pendejito mujeriego

Una vez más me gané un conflicto innecesario. No entiendo por qué siempre termino siendo acusado sin sentido y atacado con términos ofensivos y envenenados. Soy el centro de los prejuicios y adquisidor de las canalladas, por lo visto.

Bueno, comencemos.

Hace un tiempo conocí a una chica. Ella no quiere que ponga su nombre en ninguno de mis escritos, aunque tampoco sabe que escribo sobre ella. Por este motivo la llamaremos Alexandra. Somos amigos hace unos meses. Llevamos una relación extraña. Somos amigos y nos llevamos muy bien pero nos gusta tratarnos mal.
Hace un tiempo se ha venido desarrollando una serie de malos entendidos entre nosotros. Algunos amigos y amigas de ella piensan que Alexandra y yo tenemos algo, pero en realidad no tenemos nada, sólo la pasamos bien, nos reímos juntos, nos contamos ciertas cosas que nos pasan y tratamos de ayudarnos en lo que podamos, aunque permanezcamos siempre lejos y todo sea a través del chat.

Hace 6 meses, en julio del año pasado, estuve con su amiga. Tuve un romance algo accidentado al principio e insidioso al final. Debido a ello algunos amigos suyos (en especial uno que dice llamarse Iván) me tilda de ser un “pendejito mujeriego” que sólo intenta jugar con ella (con Alexandra), que soy una mala persona porque estuve con su amiga sin estar enamorado de ella (no sé si Iván sepa pero, la chica con la que estuve tampoco se enamoró de mí, además ella fue la que insistió para ser enamorados sabiendo que: lo que yo sentía no era amor. Lo que sí debo aclarar es que a pesar de no estar enamorado de aquella chica sí la quise demasiado e intenté hacerla feliz pero mis intentos siempre fracasaban y al final tomé la decisión de terminar con nuestra falsa relación porque no tenía sentido estar con alguien sin estar enamorado. Además, para variar, esa chica consiguió otro enamorado a los pocos días de haber terminar conmigo). Ahora me pregunto: ¿por qué tendría que otorgárseme ese término tan cruel y excesivo de “pendejito mujeriego”?
Para empezar, yo no tengo nada con Alexandra, así que no podría ser dueño de aquella ofensa cobarde, y si lo tuviera tampoco lo sería.

Haber, aclaremos algo: quizá Iván sí tenga razón y sí soy pendejito, pero del modo formal y correcto, como lo dice la Real Academia Española. Ahí sí me declararía un total pendejo, uno de los mejores y más aventajados, y es que pendejo no es más que los vellos púbicos. Pero si se refiere al significado vulgar y chabacano al que seguramente está acostumbrado, se equivoca. Y referido a ser mujeriego… puede que también tenga razón. Uno no tiene la culpa de encontrar chicas lindas por la calle ni de ser tan vulnerable a sus encantos, pero debo aclararle que cuando uno se enamora no hace falta ver a nadie más pues sólo una persona es la que puede hacerte feliz, y eso él lo debe saber si alguna vez se ha enamorado. Los ojos podrán ver a millones de mujeres por el mundo, pero el corazón sólo late por una.

Explicado esto, no sé por qué Iván se exaspera y se enardece y se enfurece y me llama de tal modo si ni siquiera me conoce. No digo que yo sea un angelito pero no creo merecer tal ofensa desleal y canallesca. Iván está empeñado en que yo voy hacer daño a Alexandra, que soy un descorazonado que sólo se burla de las mujeres y que soy de lo peor. Lo que Iván no sabe es que día a día me burlo de Alexandra y ella de mí. Nos lanzamos burlas sin maldad. Ambos nos fastidiamos por el Chat y disfrutamos de nuestras jodas y de nuestras tonterías inofensivas. A menudo nuestras bromas son inocentes y divertidas. Ninguno de los dos nos hacemos daño, aunque tampoco tenemos razones para hacerlo. Por lo tanto, no entiendo de dónde saca Iván la idea de que yo voy hacerle daño a Alexandra si ni siquiera se me ha pasado por la cabeza hacerlo. Yo no quiero lastimar a nadie ni tengo la intención de dañar a nadie ni de burlarme ni de herir a nadie. Todo lo contrario, siempre deseo tener menos problemas y evitar malos entendidos y peleas con el resto. Yo no pienso quitarle a su amiga ni tampoco quiero tenerle bronca a él por ser prejuicioso conmigo. Quiero creer que todo esto no es más que un malentendido fugaz que no tendrá mayor repercusión en el futuro.
En realidad no me siento ofendido de ningún modo. No creo ser capaz de ser como Iván me describe o como él se imagina que soy. Soy a penas un chiquillo que intenta conocer nuevas personas y entre ellas está su amiga (Alexandra), no es mi culpa que tengamos los mismos gustos para las amistades.

Imagino que aquel chico (Iván) debe sentir algo más fuerte que una simple amistad por nuestra amiga Alexandra. No lo culpo. Ella no es nada fea. Pero me parece poco honorable que use ciertas artimañas para atacarme y ponerme en hacke y dejarme de lado. Yo no intento robarle nada, es más, nunca le he hablado a Alexandra de amor ni he intentado buscar tener algo más allá que su amistad. Además ¿si me gustase qué? No tiene nada de malo enamorarme de ella. Uno no decide en el corazón ni en los sentimientos, simplemente las cosas se dan y punto. Así que tampoco hay tanto problema, se lo aseguro.

Una vez leí que: “el amor es una cosa maravillosa que saca lo peor de uno”. Quizá el mejor ejemplo de aquella frase tenga fundamentos en lo que está pasando con este muchacho. Yo no pienso competir con nadie ni pienso jugar de modo cruel ni ofensivo sólo por ganarme el cariño de una persona. El cariño no es un premio que se recibe tras un combate o una riña, sino que se gana a base de buen trato, comprensión y solidaridad. Yo no creo ser una persona mala, pero si lo fuera, lo último que haría es rebajarme a jugar del mismo modo que el enemigo. Y como él no es mi enemigo, porque ni siquiera lo conozco ni mucho menos sé si es mala persona, no tengo por qué guardarle rencor por algunos comentarios desafortunados que dijo en contra de mí.

Por ahora el único concepto que me llevo de él es que tiene un carácter rígido, características de una persona severa y poco flexible cuando se siente amenazado. Pero que se entere: yo no soy una amenaza. Si él lo cree así, entonces que me disculpe porque no es mi intención serlo.

Lo último que quiero agregar antes de terminar este post es que: me parece genial que se preocupe por Alexandra y que cuide de ella. Es muy admirable de su parte intentar buscar lo mejor para su amiga (que si por él fuera, serían más que amigos - y no lo culpo, sino que lo felicito por tener buen gusto- ). Espero que siga siendo tan sobreprotector y cariñoso con ella, pues ella se lo merece.
Mientras tanto seguiré siendo amigo de Alexandra, de nuestra amiga Alexandra para ser menos egoísta. Ella es genial y no se merece que dos chicos se peleen por malos entendidos. Es mejor preservar una amistad que perderla por banalidades.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja es qe llamarte de esa forma? a ti? ajaja qe eres mas tontillo (yaya no digo mas XD), y mira que casi ya te conosco como un year!! mira tu!

bueno pasa de esa gnt q pierde el tiempo hablando sin cnocer a los dmas :)

† David der Nacht † dijo...

Nunca había escuchado que dos personas que no se amen estén juntas... Salvo en matrimonios arreglados.

Saludos y que le vaya bien

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