jueves, 17 de junio de 2010

Poema VIII

Quiero apeligrarme en tu presencia,
sentir en tu mirada el cálido beso que tus labios me exoneran.

Recordar en tu voz los jadeos
de un amor entregado a la pasión descontrolada,
como el de ayer, como el de antes,
cuando aún eras mía

Entre valles y sombras navegan los recuerdos imborrables de lo que fue y será,
aquellos que rehusan cobijarse en el fin sobrio de un corazón mudo

La fríaldad de tu áspera indiferencia contrasta el magestuoso recuerdo de mis pensamientos, y tu ingenuidad desdeñable nutre la voluntad improvista de mis ganas de tenerte una vez más

Vete. Largo. Huye con tus miedos.
Desaparece como ayer.
Mantente distante,
pero no del todo,
aún quiero recordarte, mujer ambigua

Mujer de nadie,
esfúmate pronto y vuelve también.
Llega inesperada en una noche de luna
como el cántico de las aves silvestres

Vuelve como la última vez,
como aquella inolvidable noche de abril
donde mis sueños se hicieron realidad

La realidad, de no volver a tenerte
nunca más

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