El amor, al igual que el trabajo o cualquier otro oficio, tiene problemas y momentos difíciles. Es duro vivirlo. Uno cuando empieza a enamorarse nunca se imagina estar triste o deprimido por causa del amor, pero ya ven, a veces enamorarse también tiene consecuencias.
He dejado de escribir cosas tristes hace demasiado tiempo, creo que no vale la pena hacerlo. Desde hace un año, todo lo que escribo tiene chispazos de alegría o al menos intento hacer historias divertidas. No digo que éste sea un relato depresivo porque no intento ponerme mal, no pienso entristecerme para poder escribir algo conmovedor. No quiero. Dejé de lado ese capricho hace algunos años.
Es solo que necesito escribir, necesito desahogar un 'nosequé' que llevo dentro. No es cólera ni rabia ni dolor, es una sensación irritante, de preocupación, de miedo a perder.