miércoles, 1 de diciembre de 2010

Las consecuencias de escribir...

Hace unos días acabo de comenzar a escribir para un blog grupal. Recién he tenido mi primera publicación y ya tengo problemas. No entiendo por qué las personas se afectan con lo que escribo si nunca pongo sus nombres. Creo que se avergüenzan de sus actos y tienen miedo de ser descubiertos en mis líneas. Lo que no comprenden esas personas es que cuando escribo intento crear historias, no contar la vida real tal cual. Cuando escribo me divido en dos personajes: el escritor y narrador. Soy simplemente un tipo que escribe lo que “alguien” le dice. Me someto a las reglas del narrador y redacto sus historias. Así que cualquier cosa, quéjense con el narrador, no con el escritor.

Son casi poco más del mediodía y recibo una llamada. Es una chica. Al principio no reconozco su voz, pero según va hablando la logro identificar. - Como ella no quiere que ponga su nombre en ningún escrito mío, la llamaremos Manuela Penélope Arriola de Pajares. - Me reclama energúmena por qué escribí lo que viví con ella, por qué lo hice público en el blog de mi amiga Brenda. Yo me río divertidísimo por su enojo y porque, a pesar de todo, me demuestra que lee lo que escribo, que es mi fiel lectora en silencio. Le explico que no le puse ningún nombre a la tipa que describo en el post que publiqué, que no tema, que sería incapaz de delatarla. Ella no me cree y se siente afectada. Furiosa. Me culpa, y sospecho por su voz, que tiene ganas de insultarme y decirme: maricón de mierda, deja de escribir sobre mí, ¿acaso no tienes vida? Además nunca me la metiste porque tu huevada se doblaba. - Para mi buena suerte, ella es muy benévola y no tiene el carácter suficiente para agredirme verbalmente. Todavía me quiere, aunque no me lo diga. Después de explicarle y pedirle disculpas por mi atrevimiento literario, ella se despide, entonces ya un poco más calmada. Cuando cuelga, me río a mares. Disfruto su enojo y levanto la música a todo volumen y disfruto ser escritor. Bailo con mi perrita y ella, cómplice, ladra y se tira encima de mí, como disfrutando mi alegría.

Al rato, entro al blog http://sietevidasymas.blogspot.com/ y leo lo que escribí sobre Manuela Penélope Arriola de Pajares. Me percato que todo lo que escribí ahí no tiene nada que ver con lo que viví con ella.

1)Nunca tuvimos sexo. Sí intentábamos practicarlo pero nunca funcionaba. Nunca se la empujé despacito como dice en el post. Y yo nunca me calenté cuando ella me decía palabras eróticas, sucias, arrechas.
2)Su forma de intentar hacerlo era muy hardcore a comparación de mi estilo romanticón y cursi.
3)Nunca se la hundí. Ella muy bien sabe que nunca hicimos nada. Ganas no faltaron, pero por alguna razón extraña nunca culminábamos lo que empezábamos.
4)No éramos la pareja perfecta, eso lo inventé para que suene bonito el texto.
5)Nunca me toco pensando en ella, es más, no me toco hace tiempo. Ando ocupado por mis Finales y últimas prácticas que no me interesa tocarme.

Una vez aclarado esto, no entiendo por qué carajo me llamó Manuelita si todo lo que escribí jamás lo viví con ella. De verdad, no entiendo su disgusto. Qué extraña mujer. Está loca.

6 comentarios:

Joe dijo...

Mas bien no sera que todo lo que no vivieron juntos fue el problema y el motivo de su llamada???
Quizas era porque todo lo que contaste era lo que ella queria que pasara entre ustedes y ese disgusto solo fue para hacer alir una broca interna porque nunca sucedio...
beso

Du dijo...

No había pensado en eso... Buena conclusión.

Anónimo dijo...

jajaja qe lio dios xD
vez en lo qe te metes jajaja

Wesley Romero dijo...

WTF! Joe...que certero comentario!

Como sea, está loca!

Munani dijo...

Parece que tu fiel lectora en silencio quería que la historia tuviera el final feliz que ella no tuvo.

Hay que entender a la srta Arriola de Pajares.

Saludos!

Gold. O dijo...

problemas !!
dos historias distintas de una misma relacion amorosa

jajaja
un saludo, buen blog!

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